Primeros Auxilios: Conocimientos básicos y técnicas para heridas menores

Aunque no puedes prevenir todos los accidentes, sí puedes estar preparado con un botiquín de primeros auxilios para atenderlos rápidamente. 

A veces, actividades tan cotidianas como cortar vegetales, una caída en el parque o un accidente doméstico pueden ocasionar heridas y sangrado profundo. Cuando esto sucede, además de mantener la calma, ya que la presencia de sangre puede generar tensión adicional, es fundamental contar con un kit médico de primeros auxilios, tanto en casa como en el auto, para manejar cualquier eventualidad.

Acompaña nuestro artículo para conocer paso a paso las reglas de primeros auxilios, cómo tratar heridas y cuándo buscar ayuda médica.

Para manejar eficazmente un accidente, es crucial seguir un protocolo básico de primeros auxilios. A continuación, te presentamos los puntos más importantes:

1. Mantén la calma. Así tendrás una visión más clara de la situación.
2. Verifica si el entorno es seguro: Evita exponerte a un riesgo mayor, así como a la persona herida.
3. Evalúa si tú o la persona lesionada necesitan atención médica: Si tienes dudas, es recomendable pedir ayuda.
4. Tranquiliza a la persona herida: Si está en shock o tiene heridas serias, evita moverla para no empeorar posibles lesiones en la espalda o el cuello y solicita atención médica.
5. Proporciona información médica relevante: Describe con detalle el accidente y los síntomas observados. Si conoces las alergias, grupo sanguíneo, vacunas, medicamentos o condiciones médicas de la persona herida, infórmalas.
6. Protégete y previene infecciones: Lava tus manos antes de tratar cualquier herida y usa guantes desechables.
7. Limpia la herida cuidadosamente: Elimina cualquier polvo o suciedad. Utiliza un paño de algodón limpio y seco, o enjuaga la herida con agua fría. Sécala bien antes de aplicar una curación limpia.

También es muy importante que mantengas tu botiquín de primeros auxilios actualizado y completo. Reemplaza los artículos utilizados y revisa regularmente las fechas de caducidad. En Curitas tenemos una amplia gama de productos que no pueden faltar en tu botiquín. Encuentralos aqui.

• Herida profunda y sangrado abundante.
• Herida infectada, enrojecida, caliente, dolorosa o con inflamación.
• Objetos adheridos a la herida.
• Mordedura de un animal o persona, o si hay contacto con sangre de algún animal.
• Herida en el rostro.
• Vacuna contra el tétanos insuficiente.
• Ante cualquier duda o situación incierta.

Busca asesoría médica en caso de problemas para respirar, pérdida de consciencia, heridas profundas con sangrado abundante, quemaduras severas, sospecha de fractura, paro cardíaco, reacción alérgica severa, mordeduras de serpiente, envenenamiento, shock severo o cualquier otra condición que pueda empeorar rápidamente.

No te arranques las costras. Inmediatamente después de que sufres alguna cortada o raspón, tu cuerpo comienza a curar la herida. Los glóbulos blancos, fibrinas y plaquetas crean un coágulo alrededor de la herida, y en muy poco tiempo se forma una costra. Si arrancas esta costra, además de abrir nuevamente la herida puedes introducir bacterias en ella y hacer que se forme una cicatriz más grande.

Incluso cuando los accidentes ocurren de manera inesperada, tómate un momento para proteger tu herida en lugar de dejarla secar al aire libre. ¿Por qué?

Expertos como el Dr. Rainer Wolber, de Investigación y Desarrollo en Beiersdorf AG, aseguran que "Cada vez que ocurre una herida, la función protectora de la piel se ve comprometida. Cubrir la herida no solo la protege, sino que también crea el ambiente ideal para que la piel pueda llevar a cabo el proceso de curación y cicatrización sin interrupciones, recuperando su estructura saludable lo antes posible."

Por eso es importante que elijas una venda que cumpla con las exigencias de protección necesarias de una herida.

Durante el tratamiento y la recuperación de heridas menores cotidianas, las vendas y vendajes cumplen funciones esenciales que marcan la diferencia en la cicatrización de las heridas, como las que mencionamos aquí:

• Protegen la herida de influencias externas, previniendo infecciones y contaminación.
• Aseguran la absorción de sangre y secreciones.
• Reducen el dolor y el trauma mecánico al mínimo al retirar la curación, haciendo más cómodo el proceso.

1. Limpia la herida cuidadosamente con un paño limpio y seco o enjuágala con agua fría. Evita jabones ásperos y considera usar el Reductor de Cicatrices para Heridas de Curitas® para una desinfección adicional.

2. Protege la herida con un producto de curación adecuado, como las vendas de Curitas®, para facilitar una curación sin interrupciones y reducir las cicatrices.

Recuerda no arrancar las costras, ya que esto puede reabrir la herida y aumentar el riesgo de cicatrización.

Además de seguir estos consejos, recuerda la importancia de consultar a un médico especializado cuando sea necesario. Así podrás cuidar de tu bienestar con atención específica y adecuada. Cuenta con nosotros para acompañarte en tu camino hacia una mejor salud.